Gozar en tiempos revueltos

por macuto

“Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”

Suena el despertador. Nos levantamos (algunos, tras varias alarmas). Antes de poder tomar un café para levantar el párpado que numantinamente se resiste a empezar el día, ya llegan los bombarderos: radio, televisión, periódicos…Y digo bombarderos porque esta es su función, soltar a discreción obuses que nos den ganas de volver a la cama.

Estos últimos meses, el tema estrella es la pandemia de c****-19 (no quiero contribuir a darle todavía más difusión), intercalada por alguna noticia local y nacional, junto con otra internacional para que, si con nuestro panorama nos dieran ganas de «tocar el dos«, se nos pasen viendo como está el patio ahí fuera (véase EEUU).

Es cierto que son momentos complicados, no hay que relativizar ni edulcorar la realidad, pero sí enfocarla con perspectiva y globalidad. La coyuntura actual es delicada, no solo por la pandemia, sino por diversos factores (inestabilidad, cambio climático, conflictos, guerra comercial, creciente desigualdad, relativismo moral…).

No obstante, no todo son sombras. Lamentablemente, el enfoque de los medios no nos permite conocer las luces que nos rodean, pero sí tengo claro las que tenemos o podemos prender por nuestra cuenta. Si cierran los bares, abramos las puertas de casa. Si fuera gritan, aprendamos de nuestro silencio. Si provocan tormentas, bailemos bajo la lluvia. Y eso no es un llamamiento a abrazar a Mr. Wonderful, nada más lejos, pero sí al optimismo moderado, a afrontar el mundo desde nuestra óptica personal en vez de la que otros proyectan.

En fin, me despido que se enfría el café.